Las investigaciones de esta disciplina han demostrado la existencia, en nuestro cerebro y sistema nervioso, de dos circuitos: el Atractor Emocional Positivo (AEP) y el Atractor Emocional Negativo (AEN). Ambos son necesarios y alternan tanto en una persona, en una pareja o diada, en un equipo de trabajo, como en organizaciones y hasta países.[1] Son las dos fuerzas que inducen a actuar de diferentes formas aunque, ambas son parte de nosotros. Una diferencia importante es que el AEP nos induce a progresar, el papel del otro AEN nos permite sobrevivir y defendernos (huir o atacar). De allí que se le considera al AEN más fuerte que el AEP, porque el primero está diseñado para ayudarnos a sobrevivir en un peligro. En la psicología se considera históricamente que lo “malo” es más fuerte que lo “bueno”.
Por supuesto que un líder inspirador-positivo usa su dirección para inducir estados apropiados para las conductas de ayuda. Positivas, de cooperación y conciliación. De esa manera, logra que los equipos trabajen cooperando cada quien con sus colegas y en una clima positivo para la creatividad y el trabajo conjunto. Se comunica con las mejores señales de empatía, motivación, y te ratifica su confianza en que sí lograrán los objetivos.
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[1] Boyatzis, R., Smith, M., and Van Oosten, E. (2019) Helping People Change. Harvard Business Review Press.